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El futuro de la cabra montés en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
El pasado domingo 14 de diciembre por la tarde, horas antes de que el Gobierno madrileño compareciera ante la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea de Madrid para valorar la gestión de la población de la cabra montés en la región, nos sorprendíamos con una noticia en la que se desvelaban los planes para hacer frente a la excesiva población de la especie en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
No hay duda de que la cabra montés se ha convertido en uno de los mayores problemas de gestión del Parque. Como ya habíamos comentado anteriormente, este ungulado está terminando con el regenerado natural de diversas especies botánicas protegidas y haciendo imposible el normal desarrollo y crecimiento futuro de muchos ejemplares jóvenes de especies como el tejo (Taxus baccata) o el acebo (Ilex aquifolium).

Cabra montés. Ilustración de Raúl Herrero
Reflexiones sobre un pequeño incendio en la Pedriza, o la complicada ecuación de la política del fuego.
Originalmente publicado en el blog de RedMontañas (Ver Original)
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El sábado 19 de julio tuvo lugar un pequeño incendio en la Pedriza del Manzanares, en las laderas occidentales del Alcornocal. El incendio, originado en una parcela urbana, fue sofocado rápidamente gracias al buen hacer de los servicios de extinción y a la cercanía del Embalse de Santillana, pero por desgracia afectó a los alcornoques de esta ladera y especialmente a su regenerado.
En otros tiempos, esta zona hoy llamada el Alcornocal estuvo poblado por bosques de Quercus suber de gran singularidad florística, acompañados de una variopinta representación de árboles y arbustos mediterráneos y atlánticos, desde madroños o labiérnagos hasta acebos, tejos y hasta abedules. Parece que el fin de este bosque estuvo asociado a la construcción de la fábrica de papel de Manzanares el Real.

Alcornoque próximo a la zona incendiada. Al fondo, las viviendas (más imágenes en redmontanas.org)
34 alcornoques sobreviven hoy a cortas y sobrepastoreo en los riscos que les salvaron del descuaje. Y estaban consiguiendo regenerarse al pie de los cantiles, en uno de los pocos lugares de la zona donde numerosos brinzales progresaban a salvo del diente de las cabras montesas escondidos en densos jarales. Sin embargo, parte de ese regenerado ha ardido en este incendio,e incluso algunos alcornoques se quemaron parcialmente. Los grandes árboles rebrotarán posiblemente pues están adaptados al fuego, pero los brinzales se han perdido. Incluso si rebrotan no tendrán futuro, pues al ser eliminadas las jaras, las cabras carearán toda la zona y acabarán con lo que vuelva a surgir.
La cabra montés de la Sierra de Guadarrama y su gestión deficiente
A.L. Casanova/. La mala gestión de la cabra montés en la Sierra de Guadarrama es un problema que preocupa a varios técnicos medioambientales, entre ellos a Manuel Oñorbe que asegura que “la gestión no ha sabido llevarse de forma óptima y transparente”. Hace 4 años, la Comunidad de Madrid inició un plan de control poblacional de esta especie mediante capturas en vivo. Tres años después, ya declarado el Parque Nacional, la Consejería de Medio Ambiente aprobó una orden por la que se permite la caza de la cabra montésmediante rececho con arco.
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El Parque Nacional de Guadarrama, la caza con arco y la cabra montés
La cabra montés (Capra pyrenaica) es un endemismo de la Península Ibérica que vive en hábitats de montaña. Se han descrito cuatro subespecies, de las cuales sólo existen actualmente dos: Capra pyrenaica hispanica que se distribuye principalmente a lo largo de los sistemas montañosos mediterráneos; y Capra pyrenaica victoriae que vive en la Sierra de Gredos y otros enclaves del interior peninsular como Las Batuecas (Salamanca), La Pedriza (Madrid) y Riaño (León).
El Ministerio de Medio Ambiente (MAGRAMA) no incluye a esta especie dentro de su Catalogo de Especies Amenazadas, pero sí aclara que “las poblaciones de cabra no se han gestionado –salvo excepciones- de forma racional, ni desde una perspectiva de conservación ni cinegética”. Añade que habitualmente se ha primado el número de ejemplares frente a su manejo poblacional, lo cual ha desembocado en superpoblaciones desequilibradas, sobreexplotación del hábitat y en ocasiones epidemias descontroladas.

Jaula-Trampa ubicada en el interior del Parque Nacional de Guadarrama