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Reflexiones sobre un pequeño incendio en la Pedriza, o la complicada ecuación de la política del fuego.

Originalmente publicado en el blog de RedMontañas (Ver Original)

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El sábado 19 de julio tuvo lugar un pequeño incendio en la Pedriza del Manzanares, en las laderas occidentales del Alcornocal. El incendio, originado en una parcela urbana, fue sofocado rápidamente gracias al buen hacer de los servicios de extinción y a la cercanía del Embalse de Santillana, pero por desgracia afectó a los alcornoques de esta ladera y especialmente a su regenerado.

En otros tiempos, esta zona hoy llamada el Alcornocal estuvo poblado por bosques de Quercus suber de gran singularidad florística, acompañados de una variopinta representación de árboles y arbustos mediterráneos y atlánticos, desde madroños o labiérnagos hasta acebos, tejos y hasta abedules. Parece que el fin de este bosque estuvo asociado a la construcción de la fábrica de papel de Manzanares el Real.

ALCORNOQUE PRÓXIMO A LA ZONA INCENDIADA. AL FONDO, LAS VIVIENDAS

Alcornoque próximo a la zona incendiada. Al fondo, las viviendas (más imágenes en redmontanas.org)

34 alcornoques sobreviven hoy a cortas y sobrepastoreo en los riscos que les salvaron del descuaje. Y estaban consiguiendo regenerarse al pie de los cantiles, en uno de los pocos lugares de la zona donde numerosos brinzales progresaban a salvo del diente de las cabras montesas escondidos en densos jarales. Sin embargo, parte de ese regenerado ha ardido en este incendio,e incluso algunos alcornoques se quemaron parcialmente. Los grandes árboles rebrotarán posiblemente pues están adaptados al fuego, pero los brinzales se han perdido. Incluso si rebrotan no tendrán futuro, pues al ser eliminadas las jaras, las cabras carearán toda la zona y acabarán con lo que vuelva a surgir.

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Una isla en el interior de un Parque Nacional de alta montaña

Es cierto que sobre una gran parte de los espacios naturales protegidos del territorio español, especialmente si tenemos en cuenta la Red Natura 2000, existe un solapamiento de áreas protegidas. Como muestra el índice de protecciones por espacios naturales del proyecto Pandora, existen territorios que pueden llegar a albergar hasta un máximo de 7 espacios naturales, definiendo “diferentes niveles de solape en materia de protección y gestión”. No obstante, salvo excepciones, esta superposición no se produce entre figuras de protección definidas según normativa de ámbito nacional y autonómica (Parques Naturales, Parques Nacionales, etc.). En consecuencia, la declaración de un Parque Nacional, máxima figura de protección en la legislación española, conlleva la reestructuración de las áreas protegidas presentes en el territorio.

La aprobación del Parque Nacional de Guadarrama, el 25 de junio de 2013, no fue una excepción en este sentido. Tras la declaración de este Espacio, quedaron solapados varias miles de hectáreas con el “Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares”, así como la práctica totalidad del “Parque Natural Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara”.

“La práctica totalidad” a excepción de una pequeña “isla” o “enclavado” de 40 hectáreas.

Solapamiento entre el Parque Nacional de Guadarrama, Parque Natural de Peñalara y Parque Regional Cuenca Alta del Manzanares

Solapamiento entre el Parque Nacional de Guadarrama, Parque Natural de Peñalara y Parque Regional Cuenca Alta del Manzanares

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